Los lugares de trabajo se encuentran en una encrucijada.
Productividad

Antes de la pandemia, la digitalización ya había comenzado a generar cambios en la forma en que trabajamos. La crisis del coronavirus (COVID-19) aceleró esto más allá de todo lo que podríamos haber imaginado, catalizando un experimento mundial de teletrabajo. A medida que profundizamos en este cambio radical hacia el trabajo remoto, se han reportado numerosos beneficios. Por ejemplo, una encuesta reciente de BCG sobre el lugar de trabajo del futuro cita un aumento del 15-40% en la productividad, una reducción del 40% en el ausentismo, una reducción del 10-15% en la rotación del personal, y un 20% de reducción de costes potenciales en la propiedad inmueble y uso de recursos.

A medida que el mundo emerge de la pandemia y la sociedad y los lugares de trabajo vuelven a la normalidad, existe una ventana de oportunidad para obtener una ventaja competitiva evitando un deslizamiento pasivo hacia un «retorno a la normalidad». Nunca antes habíamos estado en un momento tan único para dar forma a un modelo de trabajo que logra un triple triunfo en cuanto a flexibilidad, productividad y sustentabilidad ambiental; y esta triple victoria, todos combinados, brinda resiliencia. La resiliencia no se trata solo de superar esta crisis; se trata de estar preparado para cualquier crisis que pueda estar a la vuelta de la esquina. Se trata de tener modelos operativos que ‘por diseño’ pueden minimizar los impactos de las interrupciones, adaptarse rápidamente a los cambios y tener la agilidad para girar según sea necesario.
Para ganar en la nueva realidad, los líderes empresariales deben ser proactivos y dedicar esfuerzos al proceso de diseño de su estrategia de Futuro del Trabajo.
Esto podría implicar el establecimiento de la posición estratégica global de la empresa en relación con el modelo de trabajo postpandemia a seguir. Las empresas deben reflexionar sobre lo que aprendieron durante la pandemia e integrar esas lecciones en sus modelos operativos y formas de trabajo. Puede haber una decisión válida para un retorno completo a los modelos operativos presenciales. Una empresa puede decidir continuar oficialmente con el trabajo remoto. O una empresa puede optar por un modelo de trabajo híbrido.
Según una nueva encuesta de McKinsey a 100 ejecutivos de industrias y geografías diversas sobre el Futuro del Trabajo en el postpandemia, 9 de cada 10 organizaciones combinarán el trabajo en remoto con el presencial. Este enfoque híbrido podría ser la fórmula ganadora para las empresas competitivas y ágiles en el futuro. Cualquiera que sea la posición estratégica de la empresa, debe formularse. En el caso de que se adopten modelos totalmente remotos o híbridos, estos deben definirse con mayor profundidad en el contexto organizativo específico de la empresa. Los gerentes de toda la organización deben participar. Es necesario realizar un análisis de brechas en términos de enfoques de gestión, adopción de tecnología y procesos internos para garantizar que haya una preparación operativa para prosperar en el nuevo modelo. Es necesario planificar los pasos para minimizar estas brechas. Por último, es necesario que exista un plan de comunicación sólido hacia los empleados. Idealmente, cuando sea factible para la empresa, los empleados podrían incluso ser incorporados antes en el proceso para ‘co-crear’ o ‘co-diseñar’ el nuevo modelo de trabajo.
La conclusión es que las empresas deben dedicar tiempo y esfuerzo para reflexionar sobre su estrategia de futuro del trabajo. El costo de oportunidad de «volver a la normalidad» pasivamente es demasiado alto.